¿Qué es el Reiki?

El Reiki es una técnica de canalización de energía a través de las manos de un terapeuta hacia los chakras, para la distribución de la misma a aquellos órganos o funciones del cuerpo que no están siendo correctas y así evitar la aparición de una enfermedad o activar la autocuración de la misma.

 

Reiki es energía. Por lo tanto su acción principal se realiza a través de unos puntos o centros energéticos llamados Chakras.

 

El cuerpo consta de 7 Chakras, que se distribuyen desde la coronilla hasta la base de la columna vertebral, alineados en un canal central.

 

Los Chakras en nuestro cuerpo, podríamos compararlos con los enchufes de una habitación. Permiten distribuir la energía a los diferentes aparatos conectados a ellos. Así mismo los Chakras, distribuyen la energía a los órganos, glándulas y músculos de nuestro cuerpo. Para ello se aplican terapias de Reiki, para que la energía fluya correctamente y el resultado sea: equilibrio, armonía y salud.

 

En las terapias de Reiki, el paciente pasa por un proceso denominado: "Crisis de Sanación" o "Crisis Curativa". Es un proceso necesario, natural del organismo y del cuerpo (mental-emocional), que realiza una depuración o balanceo energético intenso, donde hay una compensación o nivelación que el ser requiere.

 

Este proceso puede ocurrir de manera inmediata durante o después de la terapia. Dicho proceso suele ser de 21 días en la mayoría de las terapias. En este tiempo el cuerpo va depurando, equilibrando y restableciendo sus funciones naturales y en el cual pueden existir altos y bajos físicos y emocionales (no en todos los pacientes es igual).

 

En una "Crisis de Sanación" puede ocurrir una sensación de empeoramiento, pero no es así, (cualquier malestar para ser sanado, tiene que salir a la superficie). Por ello es recomendable seguir las terapias para pasar más rápido ese proceso. 

 

La "Crisis de Sanación" pudiera tener diversos síntomas que son totalmente normales, entre los más comunes a nivel físico-mental son:

 

  • Llantos repentinos
  • Risa repentina
  • Dolores fuertes en el cuerpo
  • Dolor en viejas heridas o lesiones
  • Sensación de nauseas
  • Mareo o vómito
  • Diarrea y/o ganas de orinar excesiva
  • Dolor de cabeza
  • Sudoración
  • Ardor
  • Frío o calor
  • Fiebre o Gripe
  • Cambios de humor

 

Recomendaciones en este proceso:

  • Dejar fluir lo que llegue
  • Beber mucha agua
  • No tomar decisiones transcendentales